
- Es dinámico.
- El concepto de lo que es y no es arte se transforma y evoluciona constantemente. Poco tienen en común las obras de arte de la prehistoria, con las de la edad media o moderna. Puedes leer sobre las distintas definiciones de arte a lo largo de la historia en el artículo
- La representación del movimiento en el arte se puede rastrear en la misma prehistoria. En las pinturas de Altamira quedaron representados magistralmente los movimientos de algunos animales, como el famoso bisonte embistiendo. Incluso en algunos casos concretos -como el que ves a tu izquierda- en la representación de un jabalí aparecen desdobladas las patas, como queriendo representar las distintas fases del movimiento.ILUSTRACIÓN: archivo de dominio público en wikimedia commons
En el Arte Griego encontramos esculturas como Laocoonte (Figura 1) donde podemos observar mediante algunas líneas superpuestas el ritmo y el complejo movimiento de las figuras. En otras conocidas esculturas como el Discóbolo de Mirón, se congela la fase de un movimiento atlético. En otros casos y ya más avanzados en nuestra historia, egipcios y posteriormente, los romanos introducen las imágenes secuenciadas para contar una historia, como en la famosa columna de Trajano, que bien pudiera ser el más antiguo antecedente del cómic. Artistas con mentalidad científica como Leonardo Da Vinci investigan el efecto plástico del movimiento de las corrientes de agua (Figura 2). Figura 1 Figura 2 Laocoonte - Archivo de iedaprofesores bajo CCEstudio de corrientes de Leonardo Da Vinci
Archivo de dominio público en wikimedia commonsVelázquez fue de los primeros pintores que tuvo la osadía de intentar representar de forma plástica y realista el movimiento en la pintura, como si de una instantánea fotográfica se tratara. Fíjate en este detalle de su obra "Las Hilanderas" (Figura 3): la rueca al girar produce una ráfaga que desvanece la mano que está por detrás. La propia mano de la mujer de la izquierda aparece en movimiento, al dejar el artista con suma maestría indefinidos y emborronados los dedos, dando esa acertada y viva impresión de movimiento. Lo mismo se puede decir del travieso bufón Nicolás Pertusato dando patadas al adormilado perro mastín en el cuadro de Las Meninas, donde vemos como Velázquez sabiamente ha "desenfocado" el cuerpo, el rostro y las manos para sugerir el movimiento.(Figura 4)Figura 3 Figura 4 Más adelante, pintores románticos como Turner, Delacroix o Géricault heredaran esa factura suelta de pincelada, casi impresionista, para reflejar plásticamente escenas cargadas de movimiento, como esta obra de Géricault, que intenta reflejar el ambiente y dinamismo de una carrera de caballos (Figura 5) o esta otra de Turner con el significativo título de "Lluvia, vapor y velocidad".(Figura 6) Figura 5 Figura 6 Archivo de wikimedia commons bajo dominio público
Archivo de wikipedia commons bajo dominio públicoT. Gericault "Derby en Epsom" (1821)Ver imagen ampliadaVer imagen ampliada
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